Jornadas de Soledad y Silencio

Reseña No. 89

En el mes de Febrero pasado, nos reunimos en un ambiente de reposo, de soledad y silencio para encontrarnos con nosotros mismos y encontrarnos como grupo que va aprendiendo, de este proceso experiencial en el que una vez al mes paramos nuestras agendas alrededor de estas coordenadas de libertad. 

Espacios de tiempo y espacio que se entrecruzan en soledad y silencio para percibir los latidos de nuestro corazón, la concordancia o desarmonía de ellos con el día a día, la cotidianidad, la rutina, el ir de aquí para allá… escuchar para encontrarse. Conocerse, escuchar, ver, sentir, disfrutar, vivir un día diferente pero a la vez lleno de dinamismo, apertura, movimiento… Reconocer nuestras potencialidades y debilidades para lograr la homeostasis para vivir en el aquí y ahora, abrazando nuestro respectivo presente.

Porque al cerrar la puerta no es para encerrarnos en el egoísmo sino por el contrario cerramos los ruidos que quedan afuera mientras nuestro interior es cada vez más libre para salir al encuentro de nuestro ser, el de otras personas y sintonizar con el Ser trascendente. Con ese Todo que integra alma, cuerpo, mente y hace posible que vivamos la existencia con gozo y paz del encuentro con todo y con todos en verdadera armonía. Eso es abrazar la realidad, abrazar nuestra existencia y ser felices para hacer felices a los que con nosotros conviven. Estar en constante apertura, para percibir si también hemos de corregir o virar nuestra ruta.
La soledad y el silencio nos permite eso y mucho más…

Febrero 1 de 2020
TEMA:   Soledad y silencio, coordenadas de libertad. El Silencio para el encuentro.
Concluimos que, a las personas que apenas comienzan su proceso les cuesta llegar a un estado de silencio porque traen con ellas mucho ruido que distrae concentrase y conectarse consigo mismas. Sin embargo, todos estuvimos de acuerdo en lo importante que es invertir este tiempo en uno mismo, poder gozar de estos espacios para silenciar la mente, para escucharse y escucharnos, poder percibir la realidad que cada uno trae en sí mismo.
En esta escucha aprendemos a ser humildes pues damos gracias por el milagro de la vida, la alegría de percibir nuestra libertad para optar por lo que más nos conviene pues tenemos mayor consciencia de la existencia compartida, de la importancia de la fraternidad, de la solidaridad.